El pasado 5 de febrero cinco grupos de 1º de ESO del IES Poeta Paco Mollá realizaron un viaje que les hizo cambiar la forma de percibir a las sociedades de tres momentos clave de nuestra historia. Gracias al taller didáctico titulado Un viaje sin retorno, grupo tras grupo fueron descubriendo las claves del pensamiento y creencias en la Prehistoria, cultura ibérica y época romana en nuestro territorio.
De la mano de los compañeros del museo, Daniel e Ismael, hicieron una primera parada indispensable en el conocimiento de la arqueología como ciencia que nos permite conocer a las sociedades humanas del pasado. A través de ejemplos de nuestra localidad, pudieron comprender el proceso de formación de un yacimiento arqueológico y cómo actuar cuando se produce un hallazgo. Tras esto, vimos la Cueva del Hacha como referencia de enterramiento prehistórico en el término municipal de Petrer y, a través de este hito, pudieron conocer cómo los seres humanos fueron acompañando de objetos las tumbas a modo de ajuar para ser utilizados en la vida tras la muerte. Por su parte, la cultura ibérica ayudó a estas alumnas y alumnos poner un punto de origen de las primeras necrópolis y la señalización de los enterramientos con el toro de El Chorrillo como ejemplo, además de las cremaciones como tratamiento de los restos de la persona fallecida. Ya en época romana, la cremación fue gradualmente sustituida por la inhumación en gran medida por la irrupción de la religión católica dentro del Imperio Romano y, en consecuencia, en Hispania. Además, si algo caracteriza a esta cultura es la señalización de sus tumbas con lápidas en las que podíamos encontrar el nombre y los méritos de la persona a la que pertenecía, entre otros datos. Para ilustrar esta parte, hicimos referencia a los restos del sarcófago de mármol asociados a Villa Petraria.
Muchos de los alumnos ya conocían el Museo Dámaso Navarro pero gracias a este taller didáctico no sólo descubrieron la evolución de los rituales de enterramiento en la antigüedad sino que, además, se les animó a visitar las instalaciones del nuevo museo y encontrarse frente a frente con las piezas arqueológicas de las que se les había hablado para, así, ampliar sus conocimientos y despertar su curiosidad por un patrimonio que entre todos preservamos para las generaciones futuras.