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Comenzamos la limpieza y consolidación de la yesería recuperada en la alquería de Puça

Esta semana la restauradora Teresa González ha comenzado la limpieza y consolidación de la yesería decorativa andalusí recuperada en la alquería de Puça, fechada entre finales del siglo XII y comienzos del siglo XIII. En concreto, este fragmento de gran tamaño apareció en la campaña de excavación arqueológica llevada a cabo el año pasado y que se enmarca en el Plan General de Investigación “Territorio Bitrir/Petrer (siglos X-XV)”.

 
Esta intervención de conservación de esta pieza excepcional, se ha podido realizar gracias a una de las subvenciones otorgadas al Ayuntamiento de Petrer para museos y colecciones museográficas permanentes reconocidas y bienes muebles de la Comunitat Valenciana para el año 2023, con el objetivo de poder incorporarla a la colección permanente, junto con las otras yeserías de la alquería de Puça, una vez la restauradora haya finalizado este delicado trabajo, para que pueda ser disfrutada por todas las personas que visiten el Museo Dámaso Navarro.

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Se abre la entrada meridional del refugio de la plaza de Baix

Hace unos días se iniciaron los trabajos arqueológicos que permitirán acceder al refugio de la plaza de Baix por la entrada occidental, la que está más próxima al edificio del Ayuntamiento y que apareció en las excavaciones precedentes centradas en la recuperación de Villa Petraria. En esta ocasión se pretende la limpieza y documentación del refugio de la Guerra Civil por este acceso, ya que hace aproximadamente un año se intentó el acceso por la entrada septentrional, la más pegada a la iglesia de San Bartolomé, pero se comprobó cómo no se terminó y, además, estaba colapsado por el hundimiento de la bóveda.

Esta intervención dirigida por los técnicos del Museo Arqueológico y Etnológico Dámaso Navarro, cuenta con una subvención de la Conselleria de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática para actividades relacionadas con la memoria histórica en el año 2022.

Junto a esta intervención la subvención también se empleará para la retirada de los símbolos franquistas que todavía quedan en las fachadas de algunos edificios.

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El Museo recibe una subvención de Turisme Comunitat Valenciana para la Q de Calidad Turística

El pasado viernes el Diario Oficial de la Generalitat Valenciana publicaba la resolución del presidente de Turisme Comunitat Valenciana, con la concesión de las ayudas a las entidades locales dirigidas a la mejora y la competitividad de los recursos y destinos turísticos de la Comunidad Valenciana, entre las que se encontraba Petrer.

Junto a la importante dotación recibida por la Tourist Info de Petrer, el Museo Dámaso Navarro también recibió una ayuda para obtener la certificación de calidad turística, en concreto la norma UNE 302002. Museos para garantizar la excelencia de la prestación de los servicios que se ofrecen a los visitantes, tanto en la propia visita al museo como en las actividades que ofrecemos en el museo.

El coste de adherirse al programa de calidad turística que otorga el Instituto de Calidad Turística Española (ICTE) y los honorarios de la auditoría por una empresa homologada suman 1.597,45 €, obteniendo el Ayuntamiento de Petrer el 50% de esa cantidad. Además, también se ha solicitado la nueva certificación creada por el ICTE denominada Safe Tourism, en la que se certifica que las instituciones que la tengan cumplen con las condiciones de prevención óptimas en esta situación de emergencia sanitaria.

Actualmente son muy pocos los museos a nivel estatal que cuentan con esta marca de calidad, y en nuestra provincia solo la tienen el MARQ, el Museu Valencià del Paper de Bañeres de Mariola, y el Museo de Alfarería de Agost, aunque esperamos que a final de año, también el Museo Dámaso Navarro pueda contar con ella.

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Petrer prepara una actuación de conservación en el acueducto de San Rafael

La concejalía de Patrimonio del Ayuntamiento de Petrer prepara para después del verano una actuación de conservación del acueducto de San Rafael, uno de los bienes de interés cultural del municipio.

Según ha explicado el concejal de Cultura y Patrimonio, Fernando Portillo, “tras la erosión del terreno de rambla debido a las lluvias, sobre todo las de 2019, hemos decidido llevar a cabo una actuación de consolidación para la conversación de los tres arcos de los seis que en su día tuvo el acueducto, además de mejorar la imagen de la zona”.

El proyecto “Consolidación del BIC acueducto de San Rafael y de su entorno en rambla”, redactado por los técnicos de la Oficina Técnica de Urbanismo y del Museo Dámaso Navarro, tiene un presupuesto de 43.709,89 euros, solicitándose a la Conselleria de Educación, Cultura y Deporte una subvención para tal fin.

En concreto, los trabajos van a consistir en la adecuación del cauce de la rambla con la limpieza de matorrales y el rebaje del cauce, que se rellenará de hormigón, y se creará un dique para encauzar el agua de las lluvias torrenciales y que no se queden retenidas en el monumento; el refuerzo del pilar central que es el que está más afectado por la pérdida de relleno en su base; el recrecido de uno de los pilares del acueducto derribados hace siglos para marcar su situación; el arreglo de la escalera para acceder al cauce y la creación de un panel informativo para informar del valor patrimonial del acueducto.

Por su parte, el director del Museo Dámaso Navarro, Fernando Tendero, ha ofrecido algunos detalles históricos del acueducto, indicando que forma parte de una importante obra de ingeniería hidráulica llevada cabo a finales del siglo XVI y que estuvo en uso hasta finales del siglo XVIII. Su construcción canalizaba el agua del manantial de Santa Bárbara, en el término municipal de Petrer, hasta la villa y el castillo de Elda. Para salvar el importante desnivel de la rambla de Puça, de aproximadamente treinta metros de amplitud y ocho metros de altura, se construyó el acueducto. Los estudios de la profesora de la Universitat de València, Sabina Asins, demuestran que la construcción del primer acueducto finalizó en el año 1583. La obra fue realizada por Guillem Pasqual de Jaca, fuster e mestre de fer molins. Entre 1616 y 1622 se realizaron unas labores de canalización, y en 1663, hubo que reconstruir parte de la conducción hídrica. El investigador eldense Fernando Matallana localizó el expediente de reconstrucción del acueducto iniciando la obra en 1783, aprovechando los pilares de piedra existentes de la obra de 1583. Según este autor, en 1796 una inundación derribó el acueducto y ya no se volvió a reconstruir a pesar de existir proyectos posteriores para ello. A comienzos de la década de los ochenta del siglo XX cayó uno de los arcos más próximo al barrio de San Rafael, y desde entonces solo se conservan tres arcos de los seis de los que constaba, siendo la imagen actual.

Desde 1981, el acueducto es monumento histórico artístico, o como se recoge en la legislación vigente bien de interés cultural (BIC), siendo esta la máxima figura de protección del patrimonio cultural en nuestro país.