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Se abre la entrada meridional del refugio de la plaza de Baix

Hace unos días se iniciaron los trabajos arqueológicos que permitirán acceder al refugio de la plaza de Baix por la entrada occidental, la que está más próxima al edificio del Ayuntamiento y que apareció en las excavaciones precedentes centradas en la recuperación de Villa Petraria. En esta ocasión se pretende la limpieza y documentación del refugio de la Guerra Civil por este acceso, ya que hace aproximadamente un año se intentó el acceso por la entrada septentrional, la más pegada a la iglesia de San Bartolomé, pero se comprobó cómo no se terminó y, además, estaba colapsado por el hundimiento de la bóveda.

Esta intervención dirigida por los técnicos del Museo Arqueológico y Etnológico Dámaso Navarro, cuenta con una subvención de la Conselleria de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática para actividades relacionadas con la memoria histórica en el año 2022.

Junto a esta intervención la subvención también se empleará para la retirada de los símbolos franquistas que todavía quedan en las fachadas de algunos edificios.

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El popular filtro “Sinaí”, protagonista de la nueva vitrina de donaciones del Museo

Coincidiendo con la celebración del tercer aniversario de la reapertura del museo en las nuevas instalaciones de la calle La Font, le damos la bienvenida al popular filtro “Sinaí” como nueva pieza etnológica del museo. Es la cuarta pieza que protagoniza la vitrina de donaciones situada junto a la salida del museo, tras la moneda romana del emperador Augusto donada por Salvador Poveda, un silbato andalusí encontrado por la familia Miralles Bravo en la rambla de Puça, y un trabuco de las fiestas de moros y cristianos donado por Antonio Navarro.

Esta nueva incorporación a la colección etnológica del Dámaso Navarro ha sido posible gracias a la donación de las familias García López y Espinosa López. Según ha explicado esta mañana María Ángeles, nieta de Manuel López Gil, su abuelo compró el filtro de agua a mediados del siglo pasado y fue utilizado en casa hasta principios del siglo XXI. María Ángeles que, además, es guía del museo y el castillo, acordó con su familia donar al Ayuntamiento de Petrer esta pieza de gran atractivo decorativo para su exhibición y conservación en el museo. 

La pieza tiene un gran valor dentro de su contexto histórico y etnológico.  Desde finales del siglo XIX hay una corriente higienista que quería evitar las epidemias y las enfermedades bacteriológicas. Así, se pusieron de moda los balnearios y las propiedades minerales de las aguas. El filtro “Sinaí” fue inventado en 1926 por el químico y biólogo valenciano Conrado Granell, quien tenía en mente poder transportar esas aguas minero-medicinales propias de los balnearios a los hogares. Por lo que ideó un sofisticado sistema para filtrar el agua y dotarla de dichas características. La fábrica de Manises de Vicent Montaner realizó estas piezas desde los años cuarenta, con motivos decorativos de paisajes y arquitecturas semejantes a las de las cerámicas de Talavera.

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Las obras de la zona del Derrocat documentan una prensa de almazara y una bodega del siglo XIX

Tres tinajas de entre 400 y 500 litros de capacidad de una de una posible bodega, previsiblemente del siglo XIX, y una prensa de piedra caliza de grandes dimensiones que debería de pertenecer a una almazara de época contemporánea son los últimos hallazgos de las excavaciones arqueológicas que el Servicio Municipal de Arqueología del Ayuntamiento de Petrer está llevando en la zona cercana al centro histórico.

Fernando E. Tendero, director del Museo Dámaso Navarro, ha indicado que “estos últimos hallazgos se han producido en la zona conocida como El Derrocat”, espacio que ha catalogado, a nivel patrimonial, como “el más sensible de la obra al estar próximo al núcleo urbano histórico, tal y como lo atestiguan los restos arqueológicos recuperados en las intervenciones realizadas en las últimas décadas, como la maqbara o cementerio musulmán localizada bajo el edificio Maracaibo y el de la farmacia Puche Herrero, y los que siguen sorprendiendo, como ocurre con los excepcionales restos romanos hallados en la plaza de Baix”.

En referencia a los nuevos hallazgos, en concreto, junto a varios cimientos de los muros, destaca el hallazgo de una posible bodega frente a la farmacia, con un mínimo de tres tinajas, de entre 400 y 500 litros de capacidad, incrustadas en el suelo de la planta baja de la vivienda. En el momento de su hallazgo éstas no eran utilizadas para almacenar vino, ya que estaban rellenadas con escombros de obra de finales del siglo XIX o comienzos del XX.

El otro hallazgo, localizado casi a nivel de calle, ha sido la base de una prensa de piedra caliza de grandes dimensiones, con la acanaladura circular tallada por donde discurriría el aceite antes de verterse a un recipiente, pieza que está en perfecto estado de conservación y que debería de pertenecer a una almazara de época contemporánea.

Cabe recordar que estas excavaciones arqueológicas se están llevando a cabo vinculadas al “Plan de acción para la revitalización del centro urbano”, que contemplan las obras de remodelación de las calles Gabriel Payá, José Perseguer y Cánovas del Castillo.