En el año 2006 el Ayuntamiento de Petrer promovió la mejora y adecuación de dos zonas ajardinadas del centro histórico. Estos jardines fueron creados a finales del siglo XX, en una zona de ladera de la colina conocida como el Altico, de la que se tiene constancia de su ocupación a partir del siglo XVII, con talleres alfareros hasta mediados del siglo XX, y con la instalación de viviendas a partir de finales del siglo XIX. También fue conocido en el siglo XVII como Alt de la forca o del penjat, aludiendo que este sería un lugar de ajusticiamiento (Rico Navarro, 2002, 75).

En esta zona, a espaldas del inmueble de la calle Altico, 20, se tenía conocimiento de la existencia de los restos de un puesto antiaéreo de la Guerra Civil, y hasta ese momento estaba colmatado de basura y restos de obras de los vecinos de la zona. Su importancia patrimonial motivó que en el año 2004 el Pleno del Ayuntamiento lo incluyera en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos de 1997, junto con otros inmuebles.

La instalación en la segunda elevación del núcleo urbano (tras el cerro del castillo) de una ametralladora antiaérea y un puesto de vigilancia, tanto del cielo como de las vías de comunicación terrestres, indica la preocupación por proteger el valle medio del Vinalopó durante la Guerra Civil.

En el año 2006 el Ayuntamiento de Petrer promovió la mejora y adecuación de dos zonas ajardinadas del centro histórico. Estos jardines fueron creados a finales del siglo XX, en una zona de ladera de la colina conocida como el Altico, de la que se tiene constancia de su ocupación a partir del siglo XVII, con talleres alfareros hasta mediados del siglo XX, y con la instalación de viviendas a partir de finales del siglo XIX. También fue conocido en el siglo XVII como Alt de la forca o del penjat, aludiendo que este sería un lugar de ajusticiamiento (Rico Navarro, 2002, 75).

En esta zona, a espaldas del inmueble de la calle Altico, 20, se tenía conocimiento de la existencia de los restos de un puesto antiaéreo de la Guerra Civil, y hasta ese momento estaba colmatado de basura y restos de obras de los vecinos de la zona. Su importancia patrimonial motivó que en el año 2004 el Pleno del Ayuntamiento lo incluyera en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos de 1997, junto con otros inmuebles.

La instalación en la segunda elevación del núcleo urbano (tras el cerro del castillo) de una ametralladora antiaérea y un puesto de vigilancia, tanto del cielo como de las vías de comunicación terrestres, indica la preocupación por proteger el valle medio del Vinalopó durante la Guerra Civil.